Historia: Una forma de conocer los Hechos


           
            Acabo de avistar una noticia en redes sociales sobre el lanzamiento de una reciente edición renovada de la Biblia RVR (Reina Valera Revisada); quise hacer uso de mis incipientes y sarcásticos comentarios, pero decidí escribir un pseudo-artículo en mi bloc; sí pseudo, para respetar la palabra artículo como exclusividad de los profesionales del periodismo y la comunicación social.
            Estimados amigos ¿Si te regalara un libro que diga por título: “Harry Potter y la Piedra de Machacar, lo leerías? Por supuesto que NO, si sabes que la versión original se llama […] y la Piedra Filosofal de J.K. Rowlling; por tanto, te darías cuenta que mi regalo es sólo una copia quien sabe de qué.
            En este mundo multi-creyente o mejor dicho poli crédulo en el que vivimos, a las personas se les puede pasar conocer quiénes son los autores originales de ciertas obras, vamos hacer uso de la memoria; El Quijote… de Cervantes; La Ilíada… de Homero; Romeo y Julieta… de Shakespeare ¿Y la Biblia Cristiana…? Y aunque la respuesta les parezca grotesca y absurda, sí señores…la Iglesia Católica.
            Cuando  Constantino venció a Majencio en la batalla del puente Milvio sobre el Rio Tíber en el 313, comienza la historia que da inicio a los que se conoció posteriormente como: “El Concilio de Nicea”. Este concilio permitió comenzar a reunir los primeros documentos que más tarde constituyeron la conocida Biblia Católica; es decir, el editor original del Nuevo Testamento.
            Una vez agrupados y seleccionados los evangelios que dieron nacimiento a este enigmático y controversial libro, se mantuvo incólume hasta el siglo XV cuando aparece lo que se denominó “La Reforma Protestante” estelarizada y dirigida por…. (Al público le encantan las frases tipo publicidad) por Martín Lutero; pero vamos a introducir algo del vocabulario técnico jurídico sobre el hecho de cambiar y alterar este texto eclesiástico.
            La Biblia fue entonces en primer lugar, Plagiada (entiéndase hurtada); en segundo lugar Adulterada (así como cuando le echan agua al whisky…bueno así) porque le quitaron 7 libros de su autor original; para finalmente ser Usurpada; es decir, apropiación indebida de su identidad.
            Por más repulsivo que les parezca, antes de la primera revisión protestante del texto el 28 de Septiembre de 1569 (s. XVI); la única Biblia Cristiana y Universal era la Biblia de la Iglesia Cristiana Universal, que con los años adoptó el nombre de Católica (del griego καθολικός, catholicos que quiere decir Universal); me disculpan el pleonasmo y la redundancia.
            Sería entonces fácil introducir y entender la siguiente interrogante: ¿Si la Biblia nace a partir del s. IV d.C y se mantiene única e inalterada hasta el s. XVI; Qué es entonces esa versión RVR…? ¡Exactamente…! Lo mismo que la versión de la Piedra de Machacar. 


        Entonces, no se engañe; la historia no miente. El Antiguo Testamento es Judío, El Nuevo Testamento es Católico y los derechos adquiridos por copyright (para hablar en términos de derechos de autor) de la Biblia Cristiana, son de la Iglesia Católica. Cuando desee saber si está leyendo la versión original, sólo tiene que buscar en las primeras páginas la frase en latín de “Imprimatur Nihil Obstat” y el sello Arzobispal; de lo contrario, lo que estará leyendo es un libro que nace del capricho o acto de soberbia y rebeldía de una persona, que quería tener su propia ley.

            Está bien ser cristiano de cualquier corriente; también Dios acepta eso, pero no se puede solapar la historia con estulticias y desfachatez.




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