La Iglesia y la Política


Previo al abordaje de este tema, es conveniente; por no decir imperativo, introducirnos etimológicamente en el vocablo “política”, el cual tiene su origen del griego “πολιτικός” (politikós), que significa “de los ciudadanos o del Estado”, siendo también el adjetivo “πόλις” (pólis) “ciudad” .

Recientemente en una de nuestras conversaciones de catequesis para adultos en la parroquia San José Obrero, se generó cierta polémica por la oportuna intervención del sacerdote en el mensaje final de la Misa; donde sin pepitas en la lengua, el padre expreso su opinión sobre la retorcida interpretación gubernamental con el tema de la constituyente. Una vez más el desacuerdo no se hizo esperar;  tanto en el templo, como en el aula, una persona de la feligresía y otra en el salón. Menudo averaje.

Para entrar en detalles sobre lo que aconteció me viene a la mente un comentario que redacté en una pasada publicación: Siempre que no existen argumentos para debatir, utilizan como último recurso un exacerbado ataque contra la Iglesia (ver http://cerebracion.blogspot.cl/2016/05/la-evaluacion-laboral-de-dios.html). Y una vez más, la religión salió a relucir en un rollo que no tenía nada que ver.

El alegato presentado en esta oportunidad fue: ─ ¿Qué hace la Iglesia metiéndose en política, cuando el Vaticano no hace nada para ayudar a los pobres del mundo?; en medio del estupor me vi llamado a contestar varias imprecisiones de esta pregunta; o más bien, de la persona y sólo para aclarar ¿Por qué no debe la Iglesia intervenir en asuntos políticos?; ¿Acaso la Iglesia no forma parte de la “polis” (de la ciudad) o del pueblo?
           
En primer lugar el Vaticano es Sede de la Iglesia, pero esto no lo convierte en centro de acopio, para eso están las distintas parroquias; que orientadas pastoralmente  por la Santa Sede acuden al llamado de la “Iglesia” en la atención de miles de necesitado a nivel mundial; sin ir muy lejos, la labor de la famosa “Olla Comunitaria” es una actividad impulsada no sólo por la Iglesia; sino también, por el espíritu de Cristo en todos nosotros que conformamos “el Pueblo de Dios”.

Que arrogancia la constante idea de que sólo el Vaticano es responsable de la pobreza del mundo. ¿Por qué no preguntar qué hace el Islam con el dinero de sus Mezquitas, la comunidad Judía (que debe estar pelando), la industria cinematográfica que genera miles de millones de dólares o las grandes corporaciones trasnacionales a nivel mundial…?

Por qué ese continuo asedio en contra de la Iglesia, que sin estar exenta del error humano, también está llena de personas que día a día se suman al voluntariado, el servicio al prójimo y la empatía de tantos seres  necesitados en miles de obras de caridad. Desde niños deformes que nadie quiere alimentar; porque fueron desechados como basura ─y literalmente digo “basura” porque son abandonados allí de ancianos, hambrientos y afligidos, atendidos diariamente por las tan señaladas monjas; sí señores, esas mismas monjas que han sido generalizadas y de manera reiterada, acusadas de hipócritas (pública y notoriamente), han estado ahí para alimentar niños que ni siquiera han desarrollado la suficiente motricidad fina para levantar una cuchara o masticar per sé. Actividades que la mayoría de las personas rechazan por desazón, intolerancia, estoicismo o simple indiferencia.

¿De cuál Iglesia me estará hablando esta persona? porque en más de 20 años de relación con la Iglesia Católica; también he visto hasta el cansancio, la bondad, la caridad, el desprendimiento y los valores fundados por Cristo, seguidos desde las primeras comunidades cristianas. Antes de hablar de la Iglesia, sería bueno visitar algunas instituciones de refugiados,  desafortunados y marginados que son atendidos por nuestros religiosos, con la limosna de 2 Bolívares que he visto salir de carteras con fardos de billetes de 100$. Pena me da; ver como hay quienes dando tan poco, exigen mucho  bajo la sombra de la apatía y el desconocimiento.

Si usted se siente con el derecho de perseguir a mi defectuosa Iglesia, créame que yo me sentiré en el deber de defenderla de quienes viven su vida en una burbuja de cristal; esperando que los problemas de este mundo sean  resueltos por otros, pero nunca con la participación  de quiénes la detractan.



Un abrazo a todos en Cristo Jesús.
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